ando una línea interna del hospital para evitar los oídos
mensaje. Entiendo que está
da. Mi esposo... él me
de la historia: el intercambio al nacer, l
io al otro lad
e. Te creo. Prepara una pequeña maleta con lo que puedas. Alguien irá por ti esta noche, durante el cambio de turno
, obedeciendo en todo. A las nueve y cincuenta, cuando la enfermera de noche entró, le dije que necesitaba
leando contra mis costillas. Llegué a la salida de emergencia de
taba allí, con la
haci
a oscuridad. Me agarraron con fuerza. Un pañuelo con un olor dulce y quí
oche negro arrancando y a
El olor a moho y a suciedad era abruma
encendió,
nrisa torcida. A su lado, dos hombres de asp
dijo Camila, su voz cargada de veneno. "¿Creíste que
me movió bruscamente hacia un lado,
inero, con el amor que me pertenecía. Mientras yo sufría con una
licaba parte de su amargura, p
d que tuviste. Mateo ya no te necesita, el b
lida. Mis ojos se fijaron en un pequeño punto roj
golpeó con una nueva ola de náuseas. Él no solo me había tra
ó seguir mi m
ndo. Quiere asegurarse de
ución fría y desesperada. No les daría la satisfacción. Si mi cuerpo era lo único que les int
a la fuerza que me quedaba, lanzando la silla hacia atrás. M
cto fue
da y un dolor blanco y cegador explotó e
los de sus matones. No esperaban esto. No esperaban q
de nuevo, escuché la voz de Camila
iró contra la pared! ¡Es
or era insoportable, pero en medio de la agonía, sentí un
ruinado