s exclusiva de Ciudad de México, el aire se llenó de un s
e la prueba de ADN
amilia Herrera resonó en l
de los señores Herrera, la verdadera h
amor de los Herrera, se derrumbó en un instante. Mis padres, los que me habían criado, me miraron con una frialdad que nunca había visto. Era desprecio. Camila, a su lado, sonreía
la calle co
esario inmobiliario, el hombre que juró amarme para siempre. C
a estaba
escuché en su estudio, s
es la falsa o la verdadera, el niño llevará la sangre del Valle y tendrá los derechos. Los pos
Subasta? ¿Paternidad? Estaba embarazada de dos
ío me recor
mó al verme. La frialdad de negociante desapare
qué pasa? Es
abrazarme, pero retr
cuché,
sus ojos se endurecieron
o de una subasta,
bros, su tacto se
. por lo de los Herrera te está afectando. Estaba hablando d
en la cara con una
só de la cocina con un
necesitas calmarte y come
no de voz suave, todo en él se sentía falso, ensayado. Me obl
do, su teléfono sonó. Vio el nombre
disculpa. "Está muy alterada, nece
ar mi respuesta, sin
de mi vida, para ir a consolar a la m
piernas temblaban. Fui a su estudio, su laptop estaba abierta.
foto d
mana pasada. Mateo me había dicho que era demasiado extravagante. En la foto, Camila sonreía a la cámara, y
doblé, buscando apoyo en el escritorio. La pantalla del portátil
al s
de Mateo a través de la puerta entreabierta del estudi
rfecta. El bebé era un cabo suelto, ahora todo se simplifi
ridad me tragó