se repetía en mi cabeza como un disco rayado.
cho más homb
iga pa
n bla
ía tristeza, solo una determinación de acero. Habían confundido mi gene
ar mi siguiente movimiento. Sabía que no tardarían en darse cuenta de que sus tar
o si nada. En la cena, les sonreí y le
asustó. "Dijo que mañana mismo Arturo se encargará de hac
ron. Carla me dio un
bía que podíamos cont
prometido del mun
la comida. El mejor
iguiente. El shock en sus caras cuando sus tarjetas fueran rechazadas. La lla
a para mí, esta sed de
alieron temprano, diciendo que iban de compras para celebrar y a ver depart
enté concentrarme en mis libros, pero mi
pasaro
hecho lo que le pedí? ¿Y si mi padre s
a consumirme, mi teléfono vibró.
arla y Mónica, muy acarameladas con el Zarco. El tipo hasta intentó com
bujó en mi cara. Funcionó. La pri
Ya no quería saber más por hoy. Quería disfrut
tranquilo. Me sentía como en el ojo de un
na mezcla de confusión y enojo. No dijeron nada durante l
sobre la universidad, sobre mis planes para el futur
uarto. No pasaron ni cinco minutos c
e hablar," dijo Ca
erta. "Cla
soltó Mónica sin rodeos. "Y no hem
o sorpresa. "Le pediré a A
. "Zarco nos está esperando. Encontramos el departam
tra vez ese
de hombros. "No puedo hacer nada
, perdiendo el control. "¡Es nuestr
risa seca
mi voz bajando a un susurro peligroso. "Después d
dio paso al pánico. Se die