un toque personal, libros de arte apilados en el suelo, un caballete con un lie
a la colonia cara de un h
na sábana de seda, parecía pacífico, casi como si estuviera durmiendo,
con él", dijo Sofía, su v
ero antes de irse,
ositivo electrónico, por favor, es
, sus ojos se
no funcionan si no confía en mí, si tiene dudas, puede buscar a alguie
o funcionó, Ricardo retiró l
sta que usted termine", dijo antes de salir y cerrar la puerta con un clic de
a atr
su experiencia con clientes paranoicos le había enseñado a ser precavida, no tardó en encontr
obre el marco del cuadro, cubriendo una de las lentes, luego, sacó un pequeño dispositivo de
crearía suficiente interferencia para hace
cerca, su piel estaba fría al tacto, pálida, no había pulso detectable en
se guiaba po
ojos y se concentró, buscó el eco, la vibración suti
enc
rapado en un frasco de vidrio, su alma no se había ido, estaba
evo, buscando cualquier signo que se le hubiera escapado, levantó uno de sus pár
tonces
visible, espasmo en el
ría descartado como un reflejo post-mort
enzaron a burbujear dentro de ella, la habían contratado para un servicio frau
y su familia eran capaces de fingir la muerte de Alejandro, también eran capaces de silenciar a cua
ebas, necesita
e el esternón de Alejandro, el amuleto, que siem
rte, las palabras ancestrales llenaron la habitación, no era una ora
a, algo extraor
r con una luz azulada muy tenue, era un símbolo intrincado, como un gli
una antigua línea de sangre, protectores de un conocimiento que se creía perdido, el mismo
a protegido no era un objet
misma línea de sangre yacía frente a ella, atrapa
eto, esto ya no era solo por el d