ía, y el aire familiar de la capital se sintió extra
os ojos, exclamando: "¡Has vuelto! ¿Sabes
elada, un viaje instantáneo a
la infancia, me había humillado públicame
dén y me abofeteó, gritando: "¿Tú? ¿Un
e mientras se la llevaba, dejándome de pie con
lió a la desolada Frontera Norte, un ca
do que ella creía aún posible, pero yo la
ave, más cansada; la
", preguntó,
e lo cambiaría todo: "Estoy
redulidad se transformó en horror, c
, entró de la mano de Luna, nuestra h
Luna, mostrando una muñeca de trapo, y el ca
la serena dignidad de Elena, ni la felici
que me envió con el peine de jade. Al examinarl
iego me está presionando... No le creas. Todo es una fa
uevo y retorcido significado, re
Entregué el peine y las dos notas a un mensajero de
nfrontaciones; solo quería cer
a, una orden disfrazada: la Princesa Sofía me invitaba
erte", susurró. "No vamos a escondernos,
e mi pasado contra mi pre