l, el olor a antiséptico
, mi prometido; él me había rogado, diciendo que la
hablando de cómo Sofía estaba en Cancún, vivien
con hierbas abortivas que me dio, todo e
na de amor, murió en e
n solo objetivo: escapar de est
final en mi taller, y planeé mi propia desaparición, un
una ceramista reconocida, mis cicatrices se desvanecier
o, al parecer
xico, lo vi: Ricardo, en silla de ruedas, co
me amaba, incluso se sacrificó por mí dura
iego y vulnerable, p
susurró, "me debo a
culpa, mientras él murió sol
nuevo, para ayudar a las mujeres
bre que me ama, que me re
minado y he renaci