abía disipado, pero un aire de incertidumbre permanecía. El Oráculo todavía mostraba la luz verd
ién tenía que buscar. El algoritmo había rechazado a Ricardo, pero aún no había señalado al verdadero elegido. S
o Vargas estaba de espaldas a ella, regando unas plantas de chiles endémicos. Vestía de manera sencilla, con una camis
no buscaba el poder. Buscaba el equilibrio. En su vida pasada, Ximena apenas lo había notado, un candidato menor que Ricardo hab
a y se giró. Sus ojos eran amables y profundos, y al
r el evento. Tu algorit
ose a su lado. El aroma de la tierra húmeda y la
osidad. "¿Ah, sí? Pensé qu
Ximena suavemente. "
rilla. "Mi trabajo no es de grandes corporaciones. Lo que yo hago es a
"Mi abuela dice que la energía más poderosa es la que se com
ijamente, estudiando su rostro.
Era el momento. No más
la conexión. Y lo perdí todo." Las palabras salieron con una honestidad brutal que sorprendió incluso a ella misma
do una mezcla de sorpresa y algo más, algo que parecía un reconocimiento pr
ara tocarla, sino para rozar un pé
ía que la tierra sabe reconocer a quien la cuida. Que r
era mucho más. Er
Ricardo Montemayor encendía una vela. Sofía estaba
u voz de actriz. "Hazle ver que el único camino para su empr
mancha negra en el Oráculo lo había descon
almas' es real. Es una tontería." Pero en el fondo de su mente, una pequeña duda comenzaba a
, y por primera vez en dos vidas, se sentía completa. Sentía que el universo,
sonó. Era un mensaje d
e de mí. Pero tú y tu algoritmo me pertenecen. Si no ere
era clara, directa. La p
ono en su mano. La gue
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