rabajar. Valeria, sin embargo, todavía estaba en el apartamento, paseándose por la sala como
.. muy larga. Estuvimos 'trabajando' hasta tarde. De hecho, llevamos 'trabajando' juntos desde
meses antes de que Valeria se mudara con ellos. Había sido la noche en que Ricardo le hab
ía olvidado unos documentos. Al ver la tensión en el aire, su rostro se end
cto desmoronándose para revelar al manipulador controlador que era. "Val
timando", dijo Sofía, s
. "No quiero que nada ni nadie se interponga
ral de la puerta. "Ricardo, cariño, ¿nos v
ncia de Sofía, rodeó la cintura de Valeria con el br
ue vio la dejó sin aire. En el reflejo de un gran espejo en la sala, vio a Ricardo presionar a Valeria contra la pared, besándola con una pasión animal,
y le susurró algo al oído. Ricardo se giró un poco, sus ojos se encontraron con los de Sofía por un instante. No había culpa e
icardo empezaron a salir. Él era tan posesivo, tan celoso. Una vez, un colega le había puesto una mano en el hombro en una fiesta de trabajo y Ricardo había montado u
la dirigía a otra mujer, mientras a ella
aró de Valeria. Se arregló la corbata, se pasó una mano
ria y yo ya nos vamos." Su v
Él se acercó y le acarició la mejilla. "No pongas esa cara. Nos ve
e despertó gritando su nombre, sudando f
omo si fuera un salvavidas. "Tuve un sueño horrib
e amor y desesperación, y por primera vez en mucho tiempo, una calma absoluta la invadió. Su pesadilla,