ariño. En ella, mi papá y yo estábamos en la sala de nuestra casa, riendo a carcajadas por alguna tontería que seguro él había dicho. Le escribí un mensaje simple, di
os viejas anécdotas. Al volver por la noche al departamento que
á de la pequeña sala común, con la pantalla de su celular i
dejando mi bol
ios ácidos. Valentina siempre se quejaba de su familia, especialmente de su padre, un hombre que, según ella, solo sabía trabajar
omo de costumbre, abrí mis redes para ver
Era una foto mía, una que Valentina me había tomado a traición hacía unas semanas. Estaba en nuestro dormitorio, recién levantada, en una pijama corta
api' por todo lo que le da. ¿No se ve muy cómoda? ¿Cuántos
comentarios eran una cloaca de insultos, insinuaciones asquerosas y burlas. Mi foto, mi pr
el teléfono en la mano. Valentina seg
esto, Val
traña, más agu
ntó la vista, con un
ué hab
eléfono fren
maste. Esta cuenta f
hombros, su expresión
te manda a andar publicando tus cursilerías? Das asco, ¿sabes? Siempr
ió por la garga
ueroso! ¡Estás insinuando que yo...
lto, su cara se contrajo
erdad? Pues no. Me das lástima. Eres una niña mimada que no sabe na
to. No había arrepentimiento en sus ojos, solo un placer retorcido.
e llamar a la policía. Marqué el número de emergencias con dedos temb
na les abrió con una cara de víctima ensayada, diciendo que yo la estaba acosan
ternet. Es muy difícil rastrear esta
e una broma suya", insist
descaro. "Le dije que no fuera dram
a en voz baja por un momento.
a accedió. Ya no hay nada más que podamos hacer. T
rente a ellos. Su actitud era de total sumisión y arrepentimi
ja", me susurró al pasar ju
as miraba el techo en la oscuridad, la impotencia empezó a transformarse en otra cosa: una
Valentina redobló su ataque. La cuenta anónima volvió a publica
o le gustó que la exhibieran. ¿Qué esconde
mé una captura de pantalla. Y otra. Y otra más de los nuevos comentarios. Ella
mis contactos el número de mi prima, Camila. Camila era tres años mayor que yo y acababa de
mar
ué pasa? Su
s por la rabia y la humillación. Camila
miné, hubo
"No te preocupes, primita. Vamos a destruirla. Guarda todas las capturas de pan
empezó, un destello de esperanza. Valentina había iniciado