bre de pasiones profundas; era un hombre de apetitos. En mi vida anterior, una vez que Valentina capturó su atención,
esitaba dividir la atención de Alejandro, crear caos y celos en su círculo íntimo para
alboroto. Mi madre, la Duquesa, una mujer cuya ambición superaba con cr
le!", exclamó, aunque sus ojos ya estaban e
e voluntad débil, simplemente son
to en sus ojos. Llevaba un vestido sencillo, una clara señal de su nueva y reducida situación. La expresi
ía, sin duda imaginando el prestigio que un nieto real traería a nuestra casa. Mi padre par
z un poco demasiado dulce. "Parece qu
stece verte así, Valentina. Por eso le he pedido al príncipe que te invi
or un brillo de triunfo. Volver al palacio, al centro
razándome. Sentí sus uñas clavarse ligerame
anzaba sin
redije, ella y Alejandro habían comenzado su pequeño y sucio juego. Elena, mi espía involuntar
rebosante de orgullo. Había sido ascendida extrao
especial", dijo, colocando la taza frente a mí con un
iendo mi rostro sereno. "Gracias, Elena. Estás haciendo un
e monedas de plata. "Y es
rieron como platos. "Al
e toca mi hermana. Quizás deberías asegurarte de que el laúd esté siempre afinado y dispo
a. Elena, pensando que estaba asegurando su posición al complacer al prín
o eran suficientes. Nece
tica, sino por su ingenio y su habilidad para conversar sobre política y arte. Alejandro la había conocido
ejaría su encu
simple: una invitación a una pequeña reunión de poesía en el palacio, organiza
lacio, yo guié a un pequeño grupo de invitados, incluido Alejandro, a otra sala. Allí, Laura, ves
Después de la lectura, me aseguré de que se sentaran uno al lado del otro.
siendo entretenido por una cortesana inteligente, mi hermana estaba ocupada tratando de seduc
de deseo y ambición. Yo tenía un objetivo mucho más importante: proteger a