abía sido mi sombra, mi confidente, hasta que Valentina la corrompió con promesas de oro y un mejor puesto. Fue Elena quien le contó a Valentina s
ndo lágrimas de cocodrilo mientras yo me d
a expresión de leal preocupación en su
u rostro joven e inocente. Q
le. "Has estado a mi servicio durante m
placer. "Es mi deber
asegurarse de que todo esté en orden, alguien que también entienda mis necesidades para que pueda aconsejarle". Hice una
de poder e influencia dentro del palacio que una simple doncella como ella nunca podría haber soñado. Vi el de
de tal honor...", balbuceó, aun
Confío en ti. Y quiero que el príncipe t
ncia tan profunda que su frente casi tocó el suelo antes
n segundo plano, me miró con confusión. "Alteza, si me permite, Elena es joven y... a vece
verdaderamente leal, pero no ent
lena tiene... un entu
on Alejandro antes de partir, l
ja. "¿Tu doncella personal? ¿Por
señor. Sabe qué comidas me sientan bien, qué olores me molestan. Ahora que estoy embarazada, soy más sensible. Si ella está a tu lado, puede as
Alejandro, que en el fondo era un hombre perezoso que disfrutaba de la comodidad, vio el bene
. Eres muy inteligente", d
ró con una reverencia, t
o Alejandro con aire de importancia. "Asegúrate de que las necesi
aré! ¡Con mi vida!", e
oso. Elena, con su ambición y su estupidez, sería el canal perfecto para mis manipulaciones. Creería qu
lavandera en el palacio, vino corriendo a agradecerme. Se arrodill
a oportunidad así... nunca podremos pagarle", soll
llegó a mis ojos. "Tu hija se
la máscara. Me recliné contra los cojines de terciope
, le daría todo el poder y la cercanía que anhelaba. La dejaría volar alto, m