ante años, había vivido en un estado de alerta constante, trabajando sin descanso, preocupándose por el dinero, por Ricardo, po
o abrió la puerta, se encontró a Ricardo sentado en el escalón,
onrisa forzada. "Te traje algunas cosas.
las bolsas
trabajar", dijo,
tó y le blo
e, yo me haré cargo de todo". Tomó una de las bolsas y sacó un v
aro, y completamente ajeno a ella. Er
ijo ella. "Me gu
e Ricardo se
s a poner ese vestido y vas a venir
ue colgaba de la pared. La mujer que le devolvía la mirada era una extraña. Sus manos estaban ásperas y callosas por el trabajo. Su rostro estaba surcado p
ndo la vio, una sonrisa de sati
Te ves hermos
ondujo durante horas, hasta llegar a la ciudad. Se detuvo frente a u
s aquí?", pr
icardo con orgullo. "Es la mejor de la ciudad. Aquí tendrá la mejo
ajo. ¿Era posible que fuera tan cruel, t
temblando ligeramente. "Ped
oz. "Ya pagué la matrícula de todo el año. Será una sor
grito rasgó el silencio del auto. "¡Murió! ¡Murió de hambre y de
rostro una mezcla
es gracioso. ¿Por qué inv
e. Para él, Pedrito seguía siendo un niño sano esperando su
nte era tenso, cargado de palabras no dichas. La llevó a un r
a actuando como si nada hubiera pasado, hablando de sus p
o de repente, tomando la mano de Sofía.
No iba sola. Estaba con un grupo de amigos ricos y ruidoso
icardo, querido, no sabía que te gustaba t
enso. "Elena, por
Sus ojos se posaron
onocido. Ah, ya recuerdo. Es el que iba a tirar la semana pasada porq
que le quemaba la cara. Miró su vestido, el vestido que Ricardo le h
do contra el suelo de mármol. No miró a