y mi corazón latía con la espe
z, lista para construir la vida perfec
de esta vida no era el joven conformista que recordaba; su
dad, convencida de que él también había renac
o el pueblo, Ricardo no me miró, sino que le declaró su
da pasada se retorcía, revelando una verdad brutal: yo nunca fui
e despreciaba, que me usó y que, en secreto,
a cuerda más gruesa de mi arpa siempre se
z, en lugar de desmoronarme, saqué mi armónica, toqué con una fuerza que n
pa confirmaron mi sospecha: él había sido
o por Laura y revelando que nunca me amó, sólo sentí
amino hacia la libertad y la realización per