, Catalina, recibía los aplausos que me pertenecían, todo gracias al "sistema de intercambio de pasos de baile" que nuestros padres adoptivos nos implantaron. Me usaron como una herramienta, una
l aire en el teatro estaba cargado de tensión, los susurros de los otros aspirantes eran como un zumbido constante.
de la academia, me miraba con ex
nto al director. Ricardo, mi padre adoptivo, tenía una expresión calculadora, Elena, mi madre adoptiva, forzaba una sonrisa de apoyo que no l
a el micrófono en el borde del escenario. Mi voz,
o es ine
o Antonio, el destello de ira en los ojos de Ricardo y la sonrisa burlona
emente, un gesto pa
za, querida!
scondía. Para ellos, mi confianza era solo una prueb
nte torpes, descoordinados, una parodia de la bailarina que era. El sistema de intercambio, ese chip que conectaba nuestros sistemas nerviosos, estaba activo. Cada uno de mis errores, cada paso en falso, cada
. Frente a mí estaba sentado Miguel Reyes, un exitoso empresario del mundo del espectáculo, pero más importante, mi hermano biológico. É
calidez que nunca había conocido. "Esa gente te robó no solo tu infancia
e representación artística, era un pacto de guerra. Con los recursos de
silencio incómodo. Me retiré del escenario sin
mbiente era pesado. Catalina no po
qué fue eso? ¿Te co
n voz alta los comentarios de la
ión.' 'Jajaja, parece que la presión pudo con ella.' 'Cata
ntario, su voz era un
pero que tu desastre no afecte la percepción qu
los hombros a Elena. "Yo salvaré el honor de la familia. Con lo
plantaron el chip. Tenía apenas diez años. Me dijeron que era una "vitamina especial" para mejorar mi bai
a es ayudar a Catalina. Tu talento es para ella. Si ella brilla, nosotros br
a una hija, era una inversió
recuerdos, su voz llena d
taba mirando mucho. Ni se te ocurra acercártele. Él está fuera de tu alcan
adiendo su propia
ana anuncian los resultados de la beca. Prepárate para
. Para la mía. La verdadera. Sonreí para mis a