a cama de un
migos decían que era el amor de mi vida, M
o sentí fastidio y al
n a creer mi amnesia, insistiendo en que l
abía perdido la memoria por él, pero a mí, Má
en el estómago, como si mi mente luchara
er, persiguiéndome, recordán
amigo de la infancia, León, quien me trajo un cuad
conocida en su ceja, encendió una chis
ue ellos veían como una tragedia