el aire debía ser festivo, pero p
er una esposa feliz, una restauradora de arte que ha
ba allí sino que posaba como un padre de fami
hizo pedazos
la humillación pública a
radamente, y ante los ojos de todos, Iván la ayudó a ella
a, elogiando su "amabilidad" con su e
en fiebre, incapaz de conducirla al hospit
amar la atención", que antes de ayudarme, debía disculparme
fondo, llamándolo "cariño" y pidién
con amor antes de volver a mí con una voz de acero: "Tengo cos
col
mi propia vida se desmoronaba mientras él cons
a por Iván murió, ¡y en su lugar