udaz, drástico y abs
ó, con una tranquilidad
o es lo que ell
n y Máximo se preparaban para su gran noche,
ción benéfica y una parte considerable del p
pequeñas. Todo se convirtió d
entras sus dedos volaban sobre el teclado de su computadora.
joyas que mi familia me había regalado, el dinero d
la casa estaba extr
e de lujo, vestidos con sus esmóquines impe
or, el último vestigio d
, poniendo una mano en mi hombro
ureciendo m
bitaciones, en el ala
io. Un incendio contr
n efectivo en una ferretería lejana, verti
das, piezas con un enorme valor sentimental, en lugares don
ble", murmuró. "Para que llore
e compromiso sobre
uvo listo, ence
nte, devorando la tela y la ma
uedamos
uerta trasera y nos subimos a un coche anón
etrovisor cómo el humo negro empezaba a sal
l se dibujó en l
ten de su f
na fiesta de libertad que nos l