bil de mi hijo Leo me sacaron de una
s y el pánic
la cuna de Leo, sosteniendo una veladora e
l sol, Luciana, es la luz de Dios
ue había escuchado en mi vida pasada justo
pesadilla. Era mi
ate de
e podía sentir. Me levanté de la cama, ignorando el
ura. Lo único que importaba era el rostro asustado de Leo, sus p
ás haciendo? ¡Vas
¡Insolente! ¡Estoy tratando de ayudar! ¡Este niño está
bitación. Vio la escena, la vela apagada, a su ma
le gritas a mi mamá? Ella solo
a ciega que nos había matado a todos, ence
ara él? ¡Cas
endo a su madre. "No exageres. Es solo una
gota que co
eta e
a que pude reunir. Él, sorp
giré haci
te acerques
rle daño, sino de alejarla de mi bebé. Pero ella trope
ció en su piel, y la s
or el ruido. "¿Qué está pasando aquí
onocía muy bien. "¡Me atacó! ¡Esta mujer está loca
ndome con puro odio. "¡Estás loca, Luci
llozos se calmaron un poco mientras su
un ungüento de hierbas que me dio la curandera
erdosa y maloliente, mezclada con lo que parecía ser
dije
mente
. Sabía que el verdadero infierno
s, lo abracé con fuerza
mi hijo a un hos
n de la sangre y mi fría determin
s cosas serí