invadiendo mi espacio personal. Su v
queríamos celebrar nuestra unión aquí. Es el lugar
ado, mirándome con una mezcla de or
movido. Había aceptado, ingenua, pensando en
ojos, dejando que vier
N
seca. El silencio qu
a de Sash
has di
te esta vez. «Esta es mi casa. Y mañana es
trajo en una mueca de inc
soy la prometida de Máximo! ¡Eres una egoísta! ¡Solo po
ino, su voz gra
agradecida. Mi hija solo le e
ron de trabajar y se giraron para mi
la bodega, la que se preocupa por
da de que la señorita Sa
mi propia casa. Me sentí comple
nrió, vi
quí. Nadie te quiere. Esta boda s
los empleados reanudaron la deco
lí, aislada
la impotencia
dentro de mí. Una