palpitando y la pierna vendada. Pero mi angustia mayor era ver a mi
o el verdadero terror comenzó cuando una voz familiarmente furiosa y áspera retumbó en mi mente: «¡Idiota! ¡Te lo a
ntiras! ¡Finge para poder seguir usándote mientras se acuesta con esa zorra de Sasha!». Un escalofrío de náusea me re
ir un marido. Ahora. Para asegurar el futuro de los Salazar". Todos esperaban que eligiera a Iván, pero la vo
heredero de nuestros enemigos jurados,