en un encierro. Yo, Sofía, su esposa, la chef que aparcó su carrera por
Sevilla, lo encontré. Vivo, riendo a carcajadas, bri
sto y ya está. Sofía necesitaba una lección". Mientras yo recorría hospitales y morgu
emaba la humillación y el engaño. ¿Cómo pudo
se en acero. Ya no habría lágrimas, solo un plan. Acababa de nacer un