ro de Ricardo fue m
ojos se clavaron en mí, ll
de broma es
a un sise
e celoso? ¿Quiere
a su lado, aferr
salvaje solo busca atención. Es obvio que
esprecio, como si
tranquilizarse c
n. Es un jue
gió a s
mento. Se calmará
esta. No le di ninguna. Mi elección estaba hecha.
sonido de profunda dece
ía es la ley. La fi
archó, dejando a Ricardo y a Isabella solo
a mirada, una promesa de q
ign
áñame", le pe
lleno de confusión, pero su mano
alón de fiestas, hac
cerré la puerta
as", l
o nada, señ
Eso es todo lo
icardo me había hecho a lo largo de los años. Un collar de esmeraldas
s atesoré. Ahora, sol
de madera. El collar, los pendientes, los pañuelos de seda.
tó Mateo, observándo
el pasado
ja estuvo ll
ro volver a ver nada
cia silenciosa era un bálsamo para mi alma herida. Sal
ría dolor. Solo