ente fue un inf
nto de tareas. Cocinar, limpiar, l
que yo no f
a los ojos. Actuaban como si yo fuera invi
to de Tiago. Lo serví con cuidado, esperand
rrugó l
lsa y a cebol
til era agud
re huele a perfume c
Javier ni siquiera levantó
lando. Miré mis dedos, ásperos y manchado
que mi propio nieto me despreciara
mi hermana
? ¡Me dieron un papel con
vier abrió una botella de vino. Mate
ó Javier. "¡Vamos a ese re
un vestido brillante, Camila con tac
ta de la cocina, co
asa? Volveremos tarde," dijo
ó con una so
. Tú no disfrutas de estas cosas. Pr
se cerró, dejándome
ura. Una mujer cansada, con el pe
abía qu
la mujer que se que