io devoto a la perfección. No se separaba de mi cama, me daba de comer, me leía, me su
una serpiente. Cada palabra de amor, u
ación que escuché fue una alucinación, un mal sueño provocado por los fármacos y e
aba el alivio en su
lla de ruedas, Javier entró en la habitación con una c
de esto", comenzó, su voz suave y persuasiva. "Pero
, sin e
sabía lo que hacía. Su familia está dispuesta a ofrecerte una compensación econó
mento que liberaba a Catalina de toda culpa a cambio de dinero. Mi mirada se detuvo
eseña sobre mi baile. Recuerdo su furia, cómo lo agarró por el cuello de la camisa y le dijo que si volvía a
nara a la mujer que me había arrojado de u
voz era un hi
deó, sorpren
cho qu
escendiente. "Esto es lo mejor para todos. Evitará un jui
n sonido seco y amargo. "¿O en
reció. "No seas injusta. Es
garganta. "¿Protegerme de quién? ¿De tu ama
amente. "Veo que no estás en condiciones
da. Dos minutos despu
ina e