al de Flamenco, el escenario más importante de Sevilla, y dentro de mí, además del compás, crecía una nueva vida de cuatro meses.
ra per
el mundo s
do un apoyo que no existía. El rostro de Javier, deformado por la sorpresa, fue lo último que vi antes de que mi cuerpo golpear
y cruel. Mi cuerpo, una masa de dolor sordo. Una enfermera me dijo que había sufrido una caída, que hab
or y confusión. Flotaba en un duermevela cuando escuché voces al otro l
eguntó Mateo, su
o no contenía desesperación, sino un extraño
una p
ura. ¿Sabes lo que ha pa
rro frío. "Y es mejor así, Mateo. Es
o tenía nada que ve
o hablas?", la voz d
imer hijo. El heredero. Este... este embarazo de Isabela lo complicaba todo. No esperaba que Catalina lleg
Catalina. Su amiga de la i
sara?", la voz de Mateo
ca de celos", justificó Javier. "Ahora debo cuidarla. Es mi deber. La mantend
dicen que la lesión de la columna... puede que
perará. Pagaré la mejor terapia. Ahora lo import
se cerró s
a principal
ra plano. La realidad me golpeó con la fuerza de la caída. No había sido un accidente. Había sido una
n el techo blanco. Las lágrimas no sal
a. Me habéis qu
os lo qu