enso viejo y a piedra húmeda. Ella, sentada en una silla de madera oscura, parecía una reina en el exilio,
zco tu situación. El alquiler del estudio, las deudas. Y conozc
ullo era lo único que me queda
érica. Seis meses, quizás un año. Dej
s negros y pequeños me
e sirvientes que les ríen todas las gracias. No saben lo que e
grueso de su
a. Serás su institutriz. Su ca
é, con
d. Fina, fría, moderna. Isabel. Mis nietos la odiarán por instinto. Pero si te odian a ti primero, con todas su
o había un fajo de bi
l de Triana y montar el tablao con el que sueñas. Tu única misión es convertir a esos niños en
s fotos que me tendió. Mateo y Sofía, dos caras red
mados," pensé.
to,"
lía un poco