siquiera alcanzar la manija de la puerta, Nathan la atrajo hacia sus brazos
udente. ¡Ya no le pediré que me pague!", balbuceó en pá
y con el poco aplomo que le quedaba, sacó de su bolsil
de la tarjeta resplandecía como un cruel recordatorio de su abuelo e
an refinado que parecía esculpido por los dioses. Se podría dec
o, y el cuerpo suave de Roselyn presionado contra él alimentaba un
imidad. De hecho, su primera vez no le dejó
nte ante el resplandor plateado de la luna, como u
e el hombre había terminado, este comenzaba de nuevo c
ica ya no tenía fuerzas p
uyo, ella comenzó a quedarse dormida, y ape
ba por la ventana entreabiert
le", ba
dolorido le recordó con brutal claridad lo irreal que había si
tarjeta, así que se incorporó rápida
to a una nota que decía: "
e asimilar el hecho de que había pasado la noche con un ext
onó. Era el hospital de
En cuanto sus pies tocaron el suelo, una sensación
paso, hacía una mueca de dolor. Tras abrocharse el cinturón de seguridad, lanzó su celular
l instante en que se subió al vehículo; Rosely
uitarse los restos de la noche anterior, se puso ropa limpia
éndose renovada, llegó al pues
rador, el banco alertó rápidamente al personal correspondie
sperado más adelante captó su atención. Tres autos de lujo estaban estacionados ordenadamente, y sus p
elyn pensó en pasar junto a los vehículos
e le acercó y le habló con tranquila autoridad y respe
la chica as
usted, señorita White. Por favor,
nocía a ese "superior" del que le hab
nticipado su negativa, le mostró su celular. En la pantalla h
é que denunciarla por robo. Y si la declaran culpable, pasará mucho tiemp
nes; su libertad y el bienestar de
su memoria, por lo que una mezcla de vergü