tos cargado de música alta y risas forzadas. Para mí,
a Sofía? P
n dejado de lado po
ella, ayudándola a estudiar. Co
za. A través de la multitud, los vi. Mateo y Hugo estaban a cada lado de Carla, como dos guardaespaldas
total... ahora todo era para ella. Comprendí con una amargura helada que yo no había sido especial. Simplemente fui
anterior, decidió hacer un último intento. Me acerqué a ellos con
e, intentando que m
de suficiencia. Mateo y Hugo me miraron con fa
o?", pedí, ofreciéndoles el l
o hizo lo mismo, sin siquiera mirarme a los ojos. Me devolvieron el
os clavadas en mi espalda. Caminé hast
algún día entiendas lo que significa la verdade
ejar atrás a la gente que no puede ver más allá de sí misma. Nues
ente hirientes. No era una simple firm
lpe. Caminé con la cabeza alta, pasando entre mis comp
nido del libro al chocar con el fondo de plás
que recordar. N