ficina de secretaría. El aire olía a papel viejo y a las ansias de cientos de estudian
a, este día habí
res, inseparables, fuimos juntos a la Universidad Complutense de Madrid. Vivimos u
a con la misma esperanza. Esperaba ver sus caras so
da tenía o
an brillantes y guapos como los recordaba. El jefe
la Complutense os espera con los br
perando su
sta que dieron
tor", dijo Mateo con una seriedad impropi
jo. "¿Repetir? ¿Con vuestro
compañera. Por Carla. Suspendió y necesita nuestra
rl
borrosa, una compañera con malas notas que murió trágicamente por una sobredosis después de suspen
a sombra se había convertido
llo de la secretaría se desvaneció. Solo existía el eco
una culpa de una vida que solo yo recordaba, habían d
fría determinación. Me veían como un obstáculo,
razón hecho pedazos pero con una extraña y nueva clarid
tir un curso por ellos. No iba a
ión, no lloré. En lugar de eso, cogí el
z firme. "¿Sigue en pie t
ó cálida y alegre. "¡Claro que sí, Sofía! El viñ
hacia un futuro que d
ción. Pero es un secreto. No
ior se había acabado. Una nueva,