o en mi pecho
orazón roto, sino el recuerdo fantasm
los
salón de las Bodegas Vega. Reconocí el brocado de las
ba v
, se aclaraba la garganta para hablar.
ía un odio gélido, profundo, un resen
bía vivido una vida entera de i
ediato. Él tambi
os. "Hoy es un día de celebración. Un día en que unimos el futuro de nu
as Bodegas Vega en un imperio global, todo a cambio de un matrimonio vacío. Vi la traición final, la exigencia de
desplomada en el suel
ería a
voz sonó clara y firme, cort
iraron para mirarme.
de la sala, directament
e ha mostrado todos estos años", comencé, mi tono era respetu
eó, confundido. "¿
Mateo. Vi la sorpresa inicial en su rostro, rápidam
ón pertenece a otra persona, y lo ha hecho siempre. Serí
rcida apareció en sus labios. Sin perder un segu
pero se quedó sin palabras. Los invitados murmu
s después, M
enía
Isabel. Era la hija del viticultor vecino, carismática y hermosa,
os. "Padre, invitados. Ella es Isabel.
a de suficiencia, sus ojo
ntí, una leve sonr
pezar, pero esta vez,