la puerta, la voz chil
a un m
rriba abajo con desprecio, u
cada palabra. "Todo lo que tienes, todo lo que eres,
lusivo de un modisto parisino. "
i muñeca. "Ese reloj fue un regalo de Ma
llevaba. "Y ese bolso, y las llaves del coche de lu
ría despojarme de todo, dejarme en
encia. Su pasividad era una aprobación tácita. En su mente renacida, este
rvenir. "Isabel, basta y
n mi defensa, que en realidad era mi condena. "Isabel tiene ra
isma palabra que usó en mi vida pasada para just
se dibujó en mi r
é el reloj y lo dejé caer al suelo. El c
cé hacia abajo y dejé que la seda cara se amontonara
el teléfono del bolso y los
egunté, mi voz v
esta reacción. Quería verme suplicar, ll
, el dolor grabado en su r
reció incómodo. Apartó la
cio tenso. "Tal como llegué a esta casa. Todas las de
ia la gran puerta de roble,
que me quedaba, y no pe
uerta, un des
nsa rosa se abalanzó sobre mí. Fla
que te han echado
e has queda
está casi
illación no era suficiente en privado,