la mansión, Alejandro
ión a oscuras. Yo estaba
abrazó por la espalda. Su
, Isabel?", susurró en mi o
gre se
pirar, hasta que sus ronq
omo un autómata. Salí a
lejandro no estab
el balcón principal. M
s es
, rota por la desesperación. "¡Me casé con ella por ti! ¡Pa
mi boca para ah
uó él. "Un eco de tu presen
Luego, la voz de
ro. Has destruido la
a soñado. ¡Y nuestro hijo... nuestro hijo nos unirá para siempre! ¡Inc
uto. Era un peón en su juego enfermo. Mi hij
ta el suelo, el frío del má
un vacío helado y una
lir de esa j
que es
ras él dormía su borrac
mpré un billete de
Aires,
Un lugar donde el baile era diferen
r para
nó mi teléfon
ar sobre las cosas de tu
timo deber. Un último acto en esta