, cargado de esperanza, pues su prometida Sofía, supuestamente
risas y unas palabras despreocupadas de Sofía, su amiga Isa y u
a la boda, un "último aliento de libertad" lejos de su "predecible" prometido, mientras alardeaba de que él, "un to
ser tan ingenuo, cómo la mujer que creyó amar co
a sangraba, Mateo tomó la decisión final: el hombre que había sido estaba muerto, renacería c