sus esperanzas rotas. Con una eficiencia metódica, comenzó a empacar sus pocas pertenencias. Cada objeto que le recordaba a Ricardo, cad
o e Isabella le habían arrebatado. Por un instante, el dolor amenazó con desbordarla, un nudo apretado en la garganta. Pero lo contuvo. Apretó los huaraches en su puño, sin
empresa que ella había ayudado a levantar desde las cenizas. Entregó su carta
e para la nueva destilería, tu conocimiento del a
nrió con
as prioridades. Y
a. Ella escuchó en silencio, asintiendo de vez en cuando, pero su decisión era inamovible. Se despidió con cortesía, sin dar mayores exp
edificio, su teléfo
nunciaste. ¿Es por lo de la boda? ¿Estás organizando los prepara
jena a la tormenta que se habí
cuchó la voz me
a darme mi medicina? Me
go inaudible y lue
reciosa. Isa me nece
co
cación: una foto de Ricardo, sonriente, dándole de comer en la boca una colorida mangonada a una Isabella que lucía radiante, sin rastro alguno de su sup
ca de duda, si es que alguna vez la hu
conservaba en Oaxaca, su teléfono volvió a so
, tienes que ve
río recorr
pasó,
a manera, no sé los detalles. Estaba con ella, intentando "protegerla". Le dispararon.
era O negativo. La misma sangre que corría por las venas del
unque ya sabía la respuesta-.
ébil por su "enfermedad", que una donación podría matarla. ¡Es una cobarde ego
ido, débil. Y ahora, esto. Donar sangre en su estado podría ser peligroso para ella. Pero
ón, la humillación, una parte de ella, la más
-dijo, su voz a
sencajado. Sin decir palabra, la guio hasta la sala de donación. El procedimiento fue rápido. Sintió el pinchazo, la sangre fluy
tranquilo de la sala de recuperación. Escuchó voces f
bil pero con su arrogancia
é arriesgarla? Sofía me ama, Mateo. Ella haría cualquier cosa por mí. Jamá
e, sonó el teléfono de
le aquí! ¡Tengo mucho miedo, ven pronto! ¡No me deje
ofía, la mujer que acababa de salvarle la vida, se
me, Mateo. Is
rriendo de
dio. Solo un vacío gélido y una determinación inquebrantable. Se levantó lentamente, ignorando el mareo. Buscó su bolso. Sacó su teléfo