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Historia

Capítulo 3

Palabras:1024    |    Actualizado en: 19/06/2025

ro, sino sentada en el banquillo de suplent

estía su habitual ropa

te, que resaltaba su figura esbelta y

n una coleta descuidada, caía s

a llevar un li

dido. "¿Tenemos una cita important

grises lo evaluaron con su habitu

enadores vistan 'decentemente' en la Copa Nacional. Aparentemente,

imperceptible c

r a estos ricachones de la capital, al

podía mezclar elegan

última hora, oh, gra

s, pero su mirada se volv

Solo tú, el balón y la portería. Y recuerda lo que te dije s

primer entrenamiento con Estrella del Sur, cu

alabras tenían u

lo en la entrada del

a, acompañada, cómo n

e Sofía con un brazo, una s

pero la desvió. Elena no

murmuró ella, sin mirar

tido c

era de esperar, sa

tica de Elena y el liderazgo de Mateo en

ateo recibió un balón

bre él, buscando la f

ntura que recordó sus mejor

rico para Leo Solís, quien encaró al porter

na exclamación. Javier la

con una inteligencia

ento personal, sino

tribuía con criterio, a

ugada personal suya levantó

dos defensores, y desde fuera del área, sac

por un instante, luego estal

aba con una mezcla de

ba, pero Mateo estaba ga

o a cero. Un triunfo moral p

l vestuario de Los Titane

fía, que había bajado a saludar a su padre, o

l árbitro, al césped, a c

trella del Sur, el am

os. Elena daba instrucc

o en un rincón, repasand

jo nada. Solo le puso

eptible, pero que transmiti

lí, sola contra el mundo, lu

o entendía ta

da parte

eron con más agr

as y la mirada de Sofía, intentó

fensa de Estrella del Sur, con Luna

o, parecía jugar con

desgastara, que corri

go. Mateo no estaba jugando para impresi

equipo, por su entre

jedrez en el que Mateo parecía ant

genialidad de Mateo brill

, rodeado por tres defensores d

s, se los sacó de encima como si

a mano con

detrás, buscando derribarlo, pro

ás rápido. Vio v

balón por encima del porter

o una parábola perfecta, y s

la

ficionados de Estrell

vantó los brazos, una sonrisa serena en su

o, golpeaba el cés

ado. S

endiéndole una mano par

de burla, pero con una superioridad implí

ar la mano, por las c

ojos ardí

onrió. La primera vi

a con la mano, sus ojos llenos de una

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