para el día del cu
cto simbóli
eto, había estado dise
lle Serrano, de los de toda
na ilusión, un sueño q
quisita, el co
do, sintiendo el f
lo metí en una bolsa y lo dejé j
. Alguien que no fuera un r
arde, Ricar
apa, vamo
cuerdo seguía vigente, al
donde las puertas solo se abren para
unos conocidos en la barra,
nversación de un grupo c
'sevillanita'?" dijo uno, con sorna. "Aho
Carmen es mucha Carmen.
e ibas a verla a Londres en secreto
la sangre s
ellos, les dio una p
istante. "Yo me enc
siquiera negó sus
a una brasa ardie
. El silencio en
orpresa fue mayúscula
. Como si fu
sorprendido. Debí
melosa que me revolvió el estómago,
r el salón,
pusiste," dijo, mirándome con d
ido con ilusión, pintados a mano, un
s en la terraza," continuó
a, demasiado sosas. Quiero
todo. "Lo que tú
mis pequeños toques personales en ese l
ón, o lo que había
allí. Sentad
on algo entr
de plata que me había legado mi
n, mirándolo con asco. "No sé c
rcó a mí. Su mirad
"Pídeme perdón por inte
mo vestigio de or
anchó. "Entonces, este c
la concurrida calle Ortega y Gasset
erdad? Pero a
a lo único que me quedaba de m
llate,"
mas de rabia e impoten
ltó una c
o tarde,
ó el b
intentando agarrarlo al
o. Hubo un forceje
s, sus tacones resbalar
ta escalera de mármol que unía el do
gri
orriendo, alert
elo, gimiendo, y a mí
uería matarme!" grit
Sus ojos eran dos
atreves a tocarla?"
plicar. No qu
hombres corpulentos a
bodega. Que se
odega del edificio era un
erraro
e frío, sino de mie
pero allí estaba. Debí recogerlo instintivam
té con
e sollozos, "me equivo
puerta de la bodega s
do reparar. La filigrana estaba uni
asado. Como si encerrarme en
rendido la lección,"
o. Solo un vacío inmenso
prendentemente firme. "Nuestro a
la sorpresa, luego por la
ridícul
ento, su móvil s
reserva en ese restaurante con est
ego al teléfono. La
se fue, dejándome sola
i móvil empezó
, comiendo churros, dejando migas en la tapicería
gas en Extremadura. Él, presentándola a sus pad
", una posesión temporal. Ella era la mujer a
tiguos compañeros de diseño era e
na forma de despedirme de
nos amigos cuando sentí u
armen, aferrada a su br
uedaron mudos. La t
o curso, conocidos por
na, le preguntó a Ricardo: "¿Conoce
s se clavaron
brazo de Ricardo y le preguntó con fingida
. Luego, su rostro se volvió
a Carmen, para mant
clara y cortante.
humillación fue total
ble. Menos