rificado sus sueños culinarios para apoyar
manteniendo a la familia con un humilde puesto
ía ahora tenía a Ricardo Montes, su
hija Valentina decirle sin piedad: "Mamá y R
ó, llamando a Ricardo "Papá Ricardo", y Sofía l
ación, incluso de su propia hija, quien, en el hos
aba cegarse así, dispuestas a borrarl
ida nació una decisión i
papeles del divorcio y abandonó
de México", su última oportunidad, lejos del desprecio, donde su valía