cualquier escenario donde hubiera actuado antes. A sus veinticuatro años, llevaba una vida marcada por la lucha constante, trabajando como actriz callejera en plazas y
olo para buscar algo para comer, sino para cumplir con su rutina: observar a las personas, estudiar sus gestos,
aprendido de memoria, sintió una mano tocando su brazo con delicadeza pero firmeza. Se volvió rápidamente
-. Mi nombre es Alaric, representante de la corona. Tengo u
idades no llegaban de la nada, y menos de aquella forma. Pero había a
a? -preguntó, tratando
y dentro encontró una invitación al Palacio Real para esa misma tarde, junto con una promesa de
án todo. Y recuerda, la discreción es funda
la multitud. Su mente comenzó a girar con mil preguntas: ¿por qué ella?
l. Al cruzar sus imponentes puertas, sintió que entraba en un mundo completamente distinto, un mu
privada. Poco después apareció el rey Darian Velmont en persona, un hombre qu
r en una obra cualquiera. La reina Amara está gravemente enferma, y el reino n
ies. Todo lo que había imaginado en su vida, todas las au
la reina? -preguntó con voz temb
erdad, ni siquiera la corte. Tu talento y tu as
oportunidad única, pero también a un peligro invisible que la arra
ena Vasari aceptó convertirse en la actriz inesperada que ca