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Historia

Capítulo 3 La caída de una matriarca.

Palabras:1169    |    Actualizado en: 09/06/2025

ítu

de una ma

a morir. La voz del periodista irrumpió entre las paredes blancas de la Clíni

declarar insolvencia. Los movimientos bursátiles reflejan una desconfianza alarma

ró los ojos

ndo. So

ella. Como si el suelo se hubiera agrietado bajo sus pies, como si el cora

li

noticia de negocios. Era una herida

re que ella había admirado en silencio durante años, en la soledad de su departamento, en la penumbra de su sala de desca

ora el mundo lo

Código Ámbar. Sala de Emergencias. Cáncer panc

tó moverse. Lo intentó. Pero sus músculos se negaban. El

a! ¡Nos

puertas se abr

encia. O quiz

él

gro. El rostro más temido de Wall Street, ahora distorsionado por la angustia. Su corbata estab

uela está... -su voz se quebró por

Como se mira a

sos ojos. Esa

al instante, como si algo

itó, corrie

recisión de quien ha entrenado para este momento toda su vida. No para salvar a una

nte? -preguntó, ya p

aba bien esta mañana. De pronto... -

ional. Firme. Pero por

intravenosos y morfina por si hay dolor agudo

os pasillos. Elliot quiso seguirla, pero Yess

trabajar

ntió que todo a su alrededor desaparecía. Las lu

en mí

mera vez en mucho tiempo, alguien

cuenta y si

e Margaret. Reguló su presión. Descubrió

ojos cansados por el esfuerzo... pero viva. Serena. Como

a El

l no e

nfermera-. Dijo que no podía esperar.

a sola vez, conteniendo un suspiro

n el control postoperatorio. Yo m

ectante y un profundo silencio. El monitor cardíaco emitía pitidos regul

entó al bord

aret estaba pálid

or",

ella estaba en el centro de su tormenta, sosteniendo a

rgaret se movie

tomó s

una mejoría sutil pero constante. El cuerpo frágil de Margaret se agitó levem

era apenas un susu

risa suave que apenas ocultaba

a-. Tuvo una recaída esta mañana. Llegó en est

eza, mirándola con unos ojos ca

ás débil. No puedo ni sostener una taza de té -hizo una pausa larga-. Doctora... creo que mere

lavaron como cris

paciente. Era una matriarca, una figura que había sost

, podía hablar. Pero médicamente, era un riesgo. Saberlo podía hundir su

, Margaret ap

que heló su alma-. Prometo no hacerl

re, con un nudo

una metástasis no registrada en sus informes. Está localizada, por ahora... pero es real. Hay tratamientos. No es una

ojos. Una lágrima

.. por no

la inquietaba. El expediente clínico de Margaret era limpio

nces l

la había omiti

iente médico con dedos tensos y salió al pas

no supiera la verdad? ¿Y porqué oc

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