erto pensando que se trata de una pesadilla. Quisiera que fuese v
anto te
is ojeras, son grandes y oscuras. No dormir bien y llo
e pueda mis ojeras. Busco mi mejor vestido. Coloco el único perfume que he usa
l contrato de todos mis empleados, que son tres días de duelo por parie
la sabe que no tomo café desde hace diez años para acá. Lo tomo lent
cosas que t
Sé por lo que está pasand
a estoy lista. Que pre
sobre la mesa. La otra sirvien
abitación y limpies bien. Cambia el jueg
prano cambié el
n. Dije que quiero que ca
ra, así
iempre. Es como un segundo padre para mí, aunque
empresa. Estaciona el auto. Bajo con toda la eleganc
– digo mientras pros
tras de mí, si
fundo mientras una lágrimas se asoma en mis ojos. Tom
ante
estilista la espera a las dos de la tarde para ajustar el vestido que usará esta
Gianella para que se encargue de darte
servirle y apoyarle en lo qu
por favor. Ah, ¿Ma
n su oficina.
necesario.
edo concentrarme. Esa es la verdad. Padre deberías estar conmigo
actos. Marco el número de Fabio.
nde c
cho su voz, siempre
¿como
elebración de esta noche,
tes? ¿Puedo pasar p
Te espero
sobre el escritorio. Tomo el teléfono
Yo saldré a mediodía. No regresaré a la oficina. Te
lo mi cabello. Salgo hasta la entrada. Afuer
rirne la puerta
iempre be
ias q
quieres
¡sorpr
de mientras toma mi mano
urante asiático.
y Camila, voy a aco
s traernos la carta y un
io. Es un hombre de mundo. De esos que desearías hab
piensas
ial querido, n
acerca con lo
a la suya. La mesera coloca las carta
anta s
eciosa!– dice él
os negocios
e pido que escoja por mí a
a la m
de Som Tam
estos diez últimos años por todo el mundo, sigo prefiriendo la comida italiana. Pero, también he tenido que aprender a saborear las dis
ho colorido y un aroma exquisito. Tomo mi cubierto pa
, con un toque de ácido y ese sabor apimen
compañado de granos, pero no quise pedirlos, porque necesitamos e
Le gusta complacerme y a
ngo una hora para ir al estilista. Subimos a su
elevador. Llegamos al piso 27. Entramos a la lujosa habitación. Me mira sonriendo.
nza besando mis rodillas y va subiendo hasta mis muslos. Abre mis piernas y se interna entre ellas. Siento sus labios y lengua hurgando entre mis pliegues. Me
en a veces, no siempre. Pues