a estupidez. Nada en ti es estúpido, ni siquiera tu ansiedad. Dos: no me atraen las chicas maníacas de ensueño. Tres: no te llames ogro, ni pesadilla, ni zorra. N
a energía entre ellos cambiar de algo emocionalmente pesad
acer para deten
o estoy seguro de que estés lista
es gustaba la idea de coquetear con el peligro, pero cuando lo encaraban, fingían no entender con qué habían estado jugando. No las culpaba, por supuesto, pero
s a saber si n
h
ponerla a prueba, se acercó más a ella, de modo que s
rtelo "dijo, pelli
e lujuria? Él esperaba que ella le gritara, que saltara de la roca
eso, se lami
que eso doler
iño "se
ahora- la delató. "Solo digo que, si se supone que esto es una especie de c
sí mismo. Aún sentía la polla pesada, pe
ué? No recordaba la última vez que había
a, comenzó a quitarse la ca
ntó, deteniéndola".
e yo q
ceja. "¿Me
do ni la mitad de lo que digo. Nunca me abro así. Nunca lo de
amable y aun así lo incitabas? A veces, Jack se encontraba en la misma situación con Levi y Mason. Querías luchar con todas tus fuerzas
ías
rada y luego volvió a mirarlo, lamiéndose de nuevo y acariciando su muñeca. Inha
mbro como un bombero. El sordo "uf" de Cora le hizo sonreír. Ella le golpeó la cadera con la botella de agua, y él
haces? No
aciado, y dudaba que hubiera guardabosques por allí. ¿A quién le importaba? No
internas iluminaban el espacio oscuro, y él los guio entre estalagmitas y estalactitas hasta que encontró un lugar que parecía libre de riesgo de desmembramiento
o sobre la roca, sosteniéndola con los codos. Levantó sus caderas para que
undos que había dado aquel día en el rocódromo, cuando él creyó que estaba a punto d
ició el trasero, sintién
algún momento no quieres esto, di que basta y lo haré, ¿de acuerdo? Cuando nos conozcamo
recompensó por su descaro -le gustaba su descar
rdenó, y el
aduro como él había imaginado, sus dos
n p
odi
son y lo que se esperaba de él, pero apartó el pensamiento. Ya había cruzado