me a la élite de Ansonville, Nueva York, a quienes mis padres valoran por encima de todo. O al menos, eso e
vuelta y escape. Que me esconda en algún lugar, que finja que Freddy no me e
cuanto entramos al salón de baile de la finc
voy a conseguir. Somos prácticamente
ruido de la multitud, el cambio del aire fresco de la tarde a
nte y bajo la bar
os sonríen por todos lados, deseándome feliz cumpleaños. Aunque ninguno de ellos está aquí para mí. Un camarer
ré uno má
coge de hombros y to
asi negro y ojos azul oscuro. En cambio, me inclino más por mi madre, con su estatura promedio,
l mundo en lugar de en la misma casa, dado lo distanciados que estamos. Alexander es la prueba viviente de la astucia de mi padre
l no s
adres descubrieron que no soy como mis hermanos mayores. No me interesa
s padres solían llamar a mi música a puertas cerradas- que meter la nariz en un lib
los hacen todo lo posible pa
mi hermana, apenas han podido
eron nuestra pelea aquella te
ún día puedas p
me susurró antes de irse a toda velocid
imas pa
vida que me hablen, y mucho menos que s
e no saben l
me dan apretones tranquilizadores en la mano y el hombro. E
salón con sonrisas falsas. Como siempre, están perfectamente ubicados frente a las gruesas cortinas de terciopelo que cubren las grandes ve
onada como cuando no compartí
e reuniones y probablemente no aguante más de una hora. L
estido de diseñador largo hasta el suelo, perfectamente ajustado, y a los finos tacones que se ven
s una señal tan clara de que no hay nada malo con
cerca y me aprieta. "Fe
más que puedo de su calidez y su familiar aroma a rosas.
sa inmediatamente y la atenció
s de nuestra hermosa hija, Samanta. Que esta noche
os. Mi padre me mira por un i
efender el perdón y la comunidad al dar l
scita murmullos a
ogen de hombros cuando los encuentro parad
mpán. «Nos alegra que hayas vu
era vez. Siento un vuelco tan fuerte en el estómago que
Lev
pero todo suena como s
da en su rostro increíblemente atractivo: la misma mandíbula afilada, nariz recta y el contorno bien def
orazón intenta desco
s impo
uede esta
ado hasta nosotros como s
ectamente, vestido con u
os siempre fuer
n nuestro entorno. Estoy paralizada. N
jos me tienen como rehén, y me mir
sorpresa e
aje de texto de Fredd
ada bueno, pero no esper
nt es mi
o de mi her
en prisión durante
ea que fui yo qu