n la suavidad de una despedida
nía historia con ella. Porque nadie la conocía. Porque las call
a mar y a caf
l canto de las aves madrugadoras se colaba por las ventanas sin permiso. Era un lugar modes
o tiempo, pudo respirar sin
aje mirando videos en su laptop rota, practicando frases en voz baja. "Meu nome é Clara",
uerto. O al menos
as las noches. Clara no se despertaba gritando cuando
nden de nombres nuevos. Se instalan, simplemente, y se quedan a
oportar su propia imagen. Se veía pálida, cansada, rota. Pero poc
las mañanas, la música callejera de los domingos. T
er mayor llamada Rosa, le ofreció el puesto sin demasiadas preguntas. Clara tenía
tes sabem fazer milagres co
rió por p
a recordar lo que le gustaba de sí misma. E
, a esperar s
aber cuál de las dos era- llevaba días sintiéndose extraña. No era solo el cansancio, ni las pesadillas ocasionales. Había
te físico de todo lo que había vivido. A las secuelas i
epentino le subió por la espalda. Todo giró. El suelo pareció move
da por paredes blancas con letreros en portugués y
á passou. Você de
parpadeó,
n ese momento entró el médico. Era joven, amable, con
imos un chequeo completo. Presión, sangre... y una ecogra
iró sin entend
ó él, sin sospechar nada
ó que el mundo
ser -susurró-. Y
nció el ceño
a pérdida
uve internada. Me dije
octor la miró con cuidado, como s
que veo aquí... es perfectamente claro. Tiene un embarazo
ina te
lla. Ahí, en blanco y negro, palp
embarazo múltiple? -se atrevió
no lo detectaron. Sucede en embarazos gemelares. A veces el cuerpo absorbe al que no sobr
arse otra vez. Solo se quedó ahí, sentada, con las
espués, empe
Era un llanto de alivio y de duelo a la
lla. Una vida que n
ntada en el sillón junto a la ventana
s pasaron p
dijeron nada. El papel firmado del divorcio. Las mentiras
taba... era
ro- era todo lo que tenía.
mento de vivir no p
ocultaría su identidad, ni si alguna vez podría con
itir que nadie le arr