img Casada por convenio con el presidente  /  Capítulo 4 Perdida sin horizonte | 80.00%
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Historia

Capítulo 4 Perdida sin horizonte

Palabras:1766    |    Actualizado en: Hoy, a las 00:44

mis cosas y robaran m

a mujer se lleva la bolsa a la boca e inclina la

uía el pequeño bote junto a un muelle torcido. Se baja de un salto, con sus sand

onversan entre ellos y comienzan el viaje

la parte superior de l

o es M

o a mi alrededor, buscando algún tipo

ancas, destacando contra la exuberante vegetación, no es lo mismo que Mykonos. Lo

los hombres que baja del b

tuviera loca antes de encoge

rece casi cuero por haber pasado

dónde estamos, e

nos cerca d

beza. -No. No hay barcos

cadera. Se dirigen a una de las casitas junto al agua, cerrando la puerta tras e

día del viaje de despedida de soltera. Pasaría un pa

ía abrir mi propia panadería, mientras tanto pasaría largos días en el hotel más elegante de

ni

aje a Gala . Ya le daría por ent

ce sin leer mientras Gala publica fotos de

e queda atrás mientras los demá

to en la app de mapas de mi teléfono. Hay una pequeña posa

etendía gastar en Grecia, p

ya hacia la posada, arrastrando la maleta. A

dan directamente a una piedra blanca que se adentra en la arena. Ent

ndo calcular cuánto inglés sabe-. B

a llave antigua de latón de la vitrina que tien

uerza, pero asient

ón con una pequeña cocina escondida en un rincón y grandes

llave en la mano antes de girar y salir de

banco de la esquina, la abrí y saqué el v

estido incluso si el resto

me antes de salir a la playa, la arena blanc

naranja y rosa mientras me siento y escu

s en mi vida parezca desgar

rme por recons

LI

última de sus posibles novias sale de la habitación. -No tienes idea de

ncias hacia las escaleras que llevan a mis aposentos-. Habría sido mejor olvidar esta

a que tuviste con esa m

Me dijo que quería

si te casa

objetivo de todo esto era encontrar una mujer que le gustara a la gente? ¿Demostrarles que soy un h

o escalón. -Bueno, puede que tengas razón, pero cr

-Abro de golpe la pesada puerta de mi habitación, rebuscando en el armario unos pantalones cortos y una camisa limpia-

ón, pero sigo pensando que deberías tomarte el plan en serio. Esta podría ser tu oportunid

lemente no comparto la opinión de que la mejo

aciones para cambiarme, salgo y me de

nto de ocurrir -digo-. Ninguna de esas mujeres que me trajer

mesa de centro y los hojeo. Cada uno que paso tiene cifras sobre mi nivel de aprobació

oy a salir corriendo, ignorando que todos creen que casarme es la mej

de golpe mientras desaparezco hacia el baño y atravi

iro la cerradura para

pulso el botón del estéreo. La música pop l

rrer y la ajusto a mi r

e pesas. Una pequeña hendidura en el lateral del último espejo es lo suficientemente grande

e secreto, cerrándolo detrás de mí y

ecordar quién era yo an

o mis pies, incluso mientras e

, con guardias en cada extremo que m

sas curvas, ceñido a su cuerpo como si estuviera hecho a su medida. Mechones de cabello cast

r me atravesaran. Respiro hondo, preguntándome si será una de esas

salgo a tomarme un tiempo pa

or su acento, supongo que es estadounidense.-Sé que debe parecer pat

pero no hay ni una pizca de

ene idea d

n la persona más intrigant

sillos. -Seguro que sí. Nadie viene a la play

roja y brillante con el dorso de la ma

undiendo los pies descalzos en la arena-. ¿Quieres

atractiva. Sí, es hermosa, pero por lo que he visto, su porte no se

erente si sup

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