. Sentía que cada interacción con Matías era como caminar sobre brasas: un
equipo y una de las pocas personas que parecía genuinamente
n? -preguntó Clara,
cosas sobre la
mo todo con
ía, aunque había un bri
negocios, pero también que t
ndo la manera en que Matías la había desafiado con esa sonrisa arro
viví. Eso ya
ra
idado, Matías no es de los que dejan
voz y decidió no darle demasiadas vueltas. Cla
isar unos correos, un mensaje en el chat in
er: Mi ofic
do de no mostrar nerviosismo, y caminó hacia la elegante oficina d
pondió su voz
io, con una vista panorámica de la ciudad a sus espaldas. Matías alzó la v
ént
ndo las piernas y en
untó, manteniendo
stó en su silla, estudiándola con esos ojos oscu
tender alg
unció e
ué
elegido cualquier otra empresa, cualquier otra ciu
. Claro que Matías no iba a dejar pasar l
necesito este trabajo. ¿O es tan difícil
nrisa lenta que n
me dice que hay m
amente hacia adelante,
e te encanta jugar
vez, algo que Amelia no esperaba. La d
des, Amelia, que en e
dientes, levantá
aquí para trabajar. Y si me disculpas,
o la puerta detrás de ella. Pero mientras caminaba hacia el ascensor,
taba esperándola, con una mirada que e
bien? -
no estaba segura de si
olo... Matías
o si quisiera decir algo más,
de los líderes del equipo de desarrollo, se acercó. Joaquín e
diencia con el Rey"? -brom
pudo evita
ar
oyándose en el bor
está en no dejar que te intimide. Aunque, conocién
s, aunque sabía que
o darle e
esitas un aliado en esta jung
hizo preguntarse si Joaquín tenía un interés más personal. Si
emasiados ojos puestos en ella. Y entre Matías, Clara, Joaquín y el resto d
uera de la oficina, alguien má
erada de algunos compañeros de trabajo, empezaban a ser demasiado. Salió de la oficina rumbo a la cafetería de
río que recorría su espalda, y cuando giró la cabeza, ahí estaba: Matías, apoyad
-preguntó, tratando de
una sonrisa ladeada ap
no tengo cosas más i
, ¿qué ha
o sus ojos la desafiaban, como si estuviera
rumpiendo momentáneamente el intercambio. Mientras ella re
, tienes ra
, mirando por en
n q
sa de Matías se ensanchó, y antes de que ella pudiera responder
fuerza de la necesaria, reprimiendo
escritorio. Sabía que tendría que encontrar una manera
tos intrusivos sobre su exmarido. Aunque intentaba concentrarse en los informes y las reun
lara se acercó de nuevo, c
ta de que Matías n
la vista, fru
qué h
e hombros, con una
si no pudiera evitarl
ro por dentro sentía un nud
rabajamos juntos.
respondió Clara, cla
sponder, Joaquín apareció de nuevo,
el evento d
miró, co
é ev
. Es obligatorio para los jefe
adaptándose a la dinámica de la oficina que no
preguntó, tratando de
vestido largo. -Joaqu
nó hacia Ameli
ara ti, siemp
noche prometía ser un nuevo desafío, y lo último que n
titud de empresarios y ejecutivos vestidos impecablemente. Amelia llegó justo a tiempo, luciendo un vestido
rvada. No tuvo que buscar mucho para encontrar la fuente: Matías, parado al o
versación con algunos colegas. Pero Matías, como siem
jo, su voz baja y grave mie
a él, manteniendo u
orque viniendo de ti, s
clinándose ligera
sea las
ó, apartánd
uieres,
dad en su tono la
lar d
rándose de que nadie estaba
a. Y de lo que realmente quie
dio un salto, pero no
por trabajo. ¿Por qué es ta
, como si estuviera tratando
e no t
uena como un
ente del brazo, deteniéndola. La electricidad del cont
ción no ha ter
ctamente a los oj
lo ve
dejando a Matías detrás, con una mezcla de frustra
s en un rojo suave, eran una declaración: segura, pero no demasiado provocativa. Tenía claro que no necesitaba i
echón rebelde de su cabello, su te
minutos. No l
melia rodó los ojos y dejó escapar un suspiro. "¿Se creer
un grupo de directores, revisando gráficos en una pantalla enorme. Pero lo que realmente le llamó la atención fue Paula, sentad
entró, su tono firme pero cargado con ese matiz que
rápida, cargada de juicio. Ya había tenido pequeños roces con ella antes, comentarios pa
a, ignorando el cosquilleo molesto en su pecho al notar c
atención vagaba entre la voz grave y firme de Matías y la molesta presencia de Paula, qui
pero no lo suficientemente rápido. Paula la alcanzó e
? -preguntó con una sonris
iendo un tono profesional, aunque s
aire de falsa amabilidad. -Quizá deberías ser más proactiva en las reunione
a, pero se limitó a devol
o, Paula. Me aseguraré
estaba llegando a su límite. Ese consejo no era más
chó el sonido familiar de unos nudillos golpeando la puerta. Ant
inal del día. -Colocó un sobre en su e
ja, señalando la obviedad de que podía haberle manda
-respondió con una sonrisa que era t
ia no podía ignorar cómo su cuerpo reaccionaba a su ce
ías. -Intentó sonar firme, pero su vo
do una mano en el borde de su es
nuación. -¿Y quién está jugando aquí, Amelia? Porq
ón acelerarse, pero se
cepto muy elev
u sonrisa ladeada
o sabes que
oficina, dejándola con una mezcla de frustración y.
atando de concentrarse en la televisión, pero su mente seguía
apagar la luz, su teléfono vi
mañana. Espero que te hayas
evitar la sonrisa que se dibujó en su
s de cinco años podían crear. Lía y Max, sus gemelos, estaban repartiendo piezas de un rompecabezas
s piezas detrás de su espalda. -Max cruzó los brazos,
ica a la de su hermano, aunque siempre adorn
sa suave mientras recogía
o? -preguntó, a
bajando la mirada como si es
acercándose para sentarse
limpio. ¿Qué les parece
contagiosa llenó la habitación, haciendo qu
ía que descubrió que estaba embarazada, había decidido que haría lo imposible por darles la mejor vida posible. Habían sido cinco año
as piezas del rompecabezas, la puerta del apartam
n mis pequeñ
ono, corriendo hacia la entrada para
mientras dejaba su bolso a un
portándose bi
alargando la palabra co
ax, ganándose una mirada
cariño. Patricia había sido su roca durante los últimos años, ayudándola
amá. -Amelia le dio u
le devolvió la sonrisa antes de mirar a los niños. -Aho
iempo, corriendo hacia la cocina m
ntras su mente comenzaba a divagar. Siempre había querido decirle a Ma
ualquier obstáculo. Pero la Amelia de ahora sabía que no era tan sencillo. Matías era un hombre complicado, con
entos. Patricia se acercó con una taza de té en la m
lia forzó una sonrisa m
su lado, mirándola con esa expresión materna
un momento ant
á... está en mi
l rostro de Patr
s? ¿Tu
sintió l
o de antes. Sigue siendo él, pero hay alg
respecto? -preguntó P
or un momento, mirando el vap
jar tenerlo tan cerca sin que de
ano, dándole un ap
reíble criando a esos niños, y sé que tomarás
la incertidumbre segu
ias,
os de energía renovada gracias al chocolate caliente. Se lanzaron so
eso era s