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precio, perderlo por azares del destino es algo inevitable; en especial si tu familia, tus propios padres, fue
ra momento de regresar y lo entendía, de verdad lo entendía, pero eso no qui
legios, hemos mantenido el nombre de nuestra familia en alto, sin que los medios nos descubran, saben de nuestra existencia, pero nuestros padres son muy reserva
r a vernos, prometiendo encontrarnos alguna vez, prometiendo jamás olvidarnos. Esto
haber conocido a esa familia; que tiernos, prefirieron que los perdiéramos a dejarlos encajonados. Pero todos nos percatamos del hecho,
nsciencia, nadie lo notó; había logrado que ellos los recordaran algún día, pero quedé indefensa, no conseguí proteger mi me
olvide y algún día me pe
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