mala muerte al que solía frecuentar, acababa de salir de una discusión y al salir me tropecé contigo, caíste al suelo, al ayudarte a levantar me fije en tu rostro y tenías una mirada profunda, una
a lograr verla de nuevo, pero para mi suerte no podía encontrarla y no tenía a quién preguntarle por ella, luego de unos días logré v
y empecé a dar paseos por esta para ver si lograba encontrarla esta vez, así pasaron las semanas, yo seguí con mi vida normal me
rlando con algunos de mis amigos fui por una cerveza justo cuando estaba por pedir la cerveza logre escuchar por poco la voz de aquella mujer que por tanto había buscado, parece que la suerte me volvería a sonreír y alce la mi
ía visto una ves saliendo de un bar que no pinta muy buena fama, pero dejando todo eso a un lado ella se veía increíble, su sonrisa, sus ojos, su cabello. Sin duda alguna ella era la octava maravilla del mundo, pasada la noche luego de tanto ch
co y colgaba el teléfono, poco después recibí una llamada de ella, estaba muy nervioso no sabia que decir, ella inició preguntando si era yo el chico con el cual converso toda
que la esperaría en el gran parque de la ciudad (claro era el más frecuentado) estaba nervioso llegó la hora de nuestra cita, nuestra primera cita, sin saber que era la primera de muchas. Cuando estaba terminando de alistarme sonó mi
entado en una de las bancas que se encontraban alrededor de el, cuando a lo lejos la veo llegar con un vestido de color rojo un poco más abajo de las rodillas y con una so