ash
hí parada?, corre maldi
mos a de
Si lo llevamos so
jor amigo co
erminar como él ve a llorar al lado
o quiero morir, no puedo morir hoy. La adrenalina que invade mi cuerpo no permite que sienta
es que eso. Muévete o vamos a morir los dos y
ga sobre su hombro intentando que camine rapido pero mi tobillo duele, me lo
quierda – Ya vo
el fla
a vez fue un chico distinto, no había tenido sueños tan complejos hasta hoy, siempre son cortas imágenes. Aun el corazón me palpita fuerte c
argo no dejo de pensar que no son solo sueños, son tan reales, los siento tan personales que me inc
de sentido, pero no se me viene mas a la mente que variadas especies de insectos. ¿Cómo se supone que asocie la palabra "Grillo" a algo más? Doy vueltas en mi minúscula habita
era dejado morir, pero, si era importante para alguien, incluso si solo fuera para él, ¿Por qué nadie ha venido por mí? Inmediatamente la ultima frase que dije antes de desperta
nte nada, pero siento la necesidad de hacerlo, mi diafragma se contrae en cada arcada y lo único que logro expulsar de mi ser es bilis. La boca me sabe asqueroso, no
comer, pero por alguna razón algo dentro de mi trata de advertirme algo. Cierro mis ojos y me siento en el catre a esperar que pase el
cuanto escucho los cerrojos quitarse. Sigo con mis ojos cerrados e intento controlar mi respiración – 1, 2, 3.
una identificación colgando de su bolsillo derecho, "Dr. Adams". Pone su maletin encima del catre,
iedad que me produce saber que van a inyectarme. Respiro pausadamente y de repente me encuentro en un cuarto blanco lleno de puertas a mis lados, una imagen en frente de mi comienza
o escucho de vuelta mi eco. – Ok, concéntrate. ¿Qué hiciste para llegar hasta aquí? - Tomo aire, cierro los ojos y me concentro en cómo se inflan mis pulmones. Los abro
idamente su maletín, esta asustado, puedo notarlo en su rostro. Golpea la puerta y se retira de mi habitación dejándome nuevamente
puedes lastimarte. ¿E
ue entendí lo que me acaba de decir. La mujer limpia los vidrios en
y se abre, me siento tan mareada, cansada y hambrien
ja es una mujer de piel morena, cabello negro atado a una cola de caballo largo, su vestimenta se compone de una camisa y pantalón blanco, sus zapatos son negros y tiene unas grandes uñas del mismo color
os a la altura de sus rodillas en cada una de sus piernas, camisa manga larga con un chaleco encima cubriéndolo, en su lado derecho hay una inscripción que dice "Walters", gorra, botas y un cinturón donde
dos pastillas. Cada vez que traen alguna comida calculan aproximadamente 10 minutos para volver a ingresar y llevarse la basura. Confieso que hay días en que no soy capaz de probar bocado, no porque no tenga ha
arme, por lo que despierto en una habitación donde me mantienen inyectada pasándome un líquido transparente para no d
de mi boca mi mano se detiene. No, no voy a tomarlas, no siento que sea lo correcto, no después de lo todo lo que ha pasado en las últimas hora
e da media vuelta para retirarse. Siento como suelto el aire que contuve en mis pulmones salen liberando presión en mi cuerpo, no sabía que estaba contendiendo el aire hast