o, blusa holgada, cabello negro y tez bastante clara. Era sencillamente hermosa sin más que agregar. Cuando ella entró, e
a -pidió el demonio para luego salir a ve
í supo que habían más que humanos en el mundo pero no sabía exactamente cómo funcionaban y esa era la tarea de la pequeña ángel;
miró, una señorita con determinación pero era veneno para él,
arlo -dijo, sin m
cosa redonda de
curidad y rencores, no se había ensuciado las manos con nada que pudiera estar mal, aunque él se sentía sucio porque Dios le metió en la mente, que amar estaba mal para un ángel y que el amor debía ser como él quería no como los humanos lo sintieran. El ángel caído siempre lo había cuestionado: "si es tan poderoso y no quería que los humanos amarán como lo sint
ngún humano se diera cuenta que estaba echándola del lugar, y
accedes a hablar conmigo, o ten
quieres de mí? Eres un ser
mpiro poderosa -informo -. Hay una vida que tú aún no conoces; tu Dios, el que te e
topado con nadie desterrado y eso se debía a que después de ser aceptados por el consejo de ángeles, aquella esencia se marchaba. Por un insta
o -dijo, mu
espero cuando tengas libre, no sé... no sé
s. Se mordía los labios de una manera inconsciente; estaba emocionada, feliz, y ni siquiera sabía
demonio. Al final del día, un poco dudoso se subió al auto, ese día despidió al chófer desde temprano, así que iba solo, rumbo a aquel hotel. No podía creer que alguien tan joven como la ángel, se hospeda en un hotel tan lujoso. Al llegar al lugar, se sintió tan estúpido, no sabía por quien preguntar,
recieras así de la nada en mi habitación
o humano que
io -le contradijo haciéndol
s ser obligado por los poderes de la ángel, a sentarse en e
ien, niña mal educada -la joven se reía del enoj
stán llenos de amor; eres un ángel, pero tanta oscuridad te está haciendo sentir como un demonio perdido, sab
Dios? ¿Para que me humille? ¿Para que me haga
onio se expresaba. Estaba perdido y herido, mucho. Era increíble que algu
rentes, que hay un mundo diferente al qu
erca de mí, no quiero ser más oscuro
ra. Al subirse al coche, ella estaba sentada de copiloto; cosa que no
traviesa, sonriendo -.
Qué ganas tú
ángel caído y hacía millones de años, no sucedía y cuando supimos de ti,
déjame ver si te busco
él se quedó sin saber qué pensar ni qué sentir. Estaba sin sentimiento alguno, tal co
osas que no eran muchas, por lo tanto, no tardó. Estaba con su enfermera privada con la que había hablado un poco de todo para conocerse mejor y así, la convivencia fuera buena; la humana también había
udó, el án
mana, se sentó al lado de ella. Sentía tantas cosas por aquella joven que no podría explicarlo si quisiera hacerlo. Suspiraba
no esperaba verte -dijo, tartamudeando un poco -. "Verte" -se b
, para que trabaje los fines de semana, pero decidió de que lo haría él, con la excusa de que era su médico y para las noche
ro te juro que puedo sola, viví sola dura
, cosa que le provocó una sonrisa a la h
escuchó sonar la puerta, ruido que interrumpió el mínimo sent
que la miraba. Alma se puso de pie para recibir a sus amigos, como siempre, abrazo a Valeria, mientras que Alam se limitó a darle un par de be
dico -presen
dicina -sonrió Valeria, quien miraba lo atracti
a vez más, a la dulce chica, cosa que al demonio no le gustaba pero lo soportaba. Daniel, para no estar ahí, porque sabía que los jóvenes se sentían incómodos con su presencia, pidió disculpas, con la exc
lo -dijo Selene, obser
una elegida equivocada? ¿Una humana? -le reclamó Hades, rec
a ser ella -soluciono Selene ignorando
él, ¿lo está?
n la habitación de la ángel de luz que intentaba salvar el alma del demonio que no
Solange al ver que su cuarto estaba inu
gel -. Zeus quiere al ángel que Dios del cielo, desterró, ese dios -ri
ntera que el Olimpo reclama a los angeles caídos, él l
do los ángeles son tan oscuros que
, demasiado y no qui
e luz, estaba desesperadamente enamorada del demonio y eso
quieres como elegido? Aún no te busco elegido -propuso, como s
es, pronto moriría ya que mientras que él no los aceptara, los dioses por más que quisieran,
uedas dármelo, aunque ya n
o que todo -sonrió Luna -, búscalo, insi
en que debía visitar a su padre, para el lunes, visitar al demonio. Así se marchó con tan sólo cerrar sus ojos y llegó hasta su