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ada, si no lograba encont
sin duda allí moriría en
de esas mon
lados, pero no podía confi
to una de esas cosas podr
, evitando llama
stado en constante movimient
su hermana probablemente
hermana aún s
s, con montones de chatarra
s en medio del camino, si
o a ver qué tan desgastad
allejón que a su lado tenía
jaló hacia la oscuridad, d
orprendido de esa forma,
ar el bote de basura
usurró la chica asomando un
ató del ruido, por suerte
de p
as haber dicho soy tu herman
do salir un su
e callejón los salvo de los
aber salido de un cuento
rración de l
Iker -creía que iba a morir -
n de la presencia que se e
call
n -declaró la chica de cabe
-bufó al ver la expr
abían alejado unos cuantos
r una figura manchada de
s estaban rasgadas, dejand
de color carmín estaban
n esa sonrisa que dejaba
etenido y con miedo llamo
elante
entrecortado
llamándolo, volvió su mirada hacia atrás encontrán
se volvió hacia se hermana sa
orrer tan rápido como s
Glixie, y estos eran peor
corre y no te detengas -fue
intieron que les reventaba
mitió la fig
r, a pesar de que siempre an
mar a sus compañeros y atr
onido era tan alto que in
deban detenerse, si lo ha
staban haciendo presentes, e
más arriesgado, su cami
tiguo laboratorio siguieron corriendo, de todas las direcciones se reunían Sumiongs, Glixies y zombie
ser esas
últimos rayos, al mismo tiemp
acabar muertos, no conocían ese lugar por lo cual podrían entrar en una área s
las lasparas aún em
y experimentos de muchos humanos que en la actualidad eran sus perseguidores,
esos lugares, los Sumiongs eran más rápi
canzados en breve tomo la mano
ver la advertenci
PRO
SONAL AU
E SUMIONG
ro al oír los ruidos que hacían esas monstruosidades se adentran para buscar una salida. Apresuran el paso dándose cuenta de la malla metálica que protegía el camino hacia donde fuera q
cabando conforme
ado hizo un estruendo horri
an, siendo guiados por ese único camino que podría llevarnos a su muerte, al dar la vuelta a la izquierda y ver hacia su costado casi se les sale el coraz
ertó, habían parado momentánea
por un segundo que su vida pendía de un hilo y s
ndo sin pausa hasta quedar si
ar cinco vueltas más no había salida, solo un
salida! -exclamó co